Obras de arte robadas o perdidas
La imagen de la izquierda corresponde a la Gioconda de las columnas
“La Gioconda de las columnas” de Leonardo Da Vinci, es una de las obras mas polémicas del
genio toscano. Fue hallada hace poco por un investigador italiano que afirma
haber hallado en Rusia un cuadro similar a "La Gioconda" y dice que
ha encontrado elementos que lo hacen compatible con obras de Leonardo da Vinci,
aunque matiza que es solo una hipótesis. Esta pintura data del año 1490-1497.
Silvano Vinceti, que ha promovido
la búsqueda en Florencia de los restos de la mujer que pudo servir de modelo
para la "Mona Lisa", señaló hoy a Efe que en 2011 recibió la llamada
de un magnate ruso que recurrió a sus conocimientos en la materia para que
investigara el origen de una pintura de su colección privada.
"Nosotros recibimos el
encargo en 2011. Este magnate, del que no puedo decir el nombre, me contactó
para que fuéramos a San Petersburgo e hiciéramos una prueba sobre este
cuadro", recordó.
El cuadro consiste en una figura
femenina muy parecida a la Gioconda retratada por Da Vinci a comienzos del
siglo XVI, aunque en esta versión la mujer aparece entre dos grandes columnas,
al igual que en uno de los dibujos preparatorios de la obra atribuido a
Leonardo.
Vinceti asegura que, tras
estudiar la obra mediante diversas técnicas, "múltiples son los
indicadores que evocan al gran genio toscano" aunque -apuntó- "se
trata de una hipótesis".
"Todos los elementos
derivados de esta larga y fascinante aventura de investigación están a
disposición de cualquiera. Personalmente me limito a afirmar que la posibilidad
de que pueda pertenecer a la mano de Leonardo y de un discípulo es una
hipótesis digna", señaló además en un comunicado.
Para esbozar esta teoría este
experto italiano ha recurrido a una "larga y articulada
investigación" que, a su juicio, ha ofrecido varias pruebas.
En primer lugar un examen con
rayos infrarrojos que "ha evidenciado la plena compatibilidad de este
dibujo con el periodo en el que Leonardo realizaba sus obras de arte".
Además ha comparado esta supuesta
Gioconda con un dibujo preparatorio de la obra original custodiado en el museo
del Louvre y atribuido a Leonardo por Carlo Pedretti, considerado una de los
máximos conocedores de la vida y obra de Da Vinci.
La comparación entre la
"Gioconda rusa" y dicho cartón ha mostrado "la plena
sobreposición" entre ambas obras, que coinciden también en algunas
características, como la presencia de dos columnas, en la edad más joven de la
modelo y en su labio superior.
En tercer lugar la modelo de la
pintura hallada en Rusia y la de la Gioconda del Louvre tienen las manos más
oscuras que el rostro, una característica que recuerda a "las técnicas de
claroscuro que solo Leonardo dominaba".
Por todo esto el estudioso
mantiene que "existe la posibilidad de que Leonardo pueda haber realizado
una "Gioconda entre columnas"" desconocida para la mayoría.
Vinceti confesó carecer de
certeza sobre la autenticidad de la pintura y subrayó que "estos elementos
fundan una posibilidad".
"Yo no digo que sea otra
Gioconda de Leonardo. Digo que todos estos elementos ponen las bases de una posibilidad
(...). Seguramente son todo indicadores muy interesantes y altamente
fascinantes que evidencian una serie de coincidencias que pueden ser casuales o
atribuibles a Leonardo", refirió.
Vinceti es un divulgador italiano
que preside el Comité Nacional para la Valorización de los Bienes Históricos,
Culturales y Ambientales, un asociación privada, a pesar de su denominación,
que declara como su objetivo "resolver enigmas ligados a grandes
personajes" italianos.
Fuentes: Agencia EFE, Notimex y Analisi
della “Gioconda con colonne” del Dr. Peana Massimiliano. Este último análisis,
es muy completo en todos los sentidos.
"Natividad con San Francisco y San Lorenzo" obra con la
que Michelangelo Merisi "Caravaggio" representó el nacimiento de
Jesús de Nazaret entre claroscuros. El cuadro, pintado con óleo sobre lienzo a
comienzos del siglo XVII, fue robado durante una lluviosa noche del 17 de
octubre de 1969 probablemente por el crimen organizado, arraigado en esta isla
italiana bajo el nombre de "Cosa Nostra". La obra fue sustraída de un
oratorio en Palermo, Italia.
La obra permanece desde entonces
en paradero desconocido y se encuentra entre las piezas más buscadas por el
Comando de Carabineros para la Protección del Patrimonio Cultural de Italia.
También el FBI estadounidense la
ha incluido entre los diez robos de arte más importantes registrados,
concretamente en la tercera posición, al tiempo que cifra su valor en veinte
millones de dólares.
La búsqueda del original ha
estado marcada por diferentes confesiones de conocidos exponentes de la mafia
siciliana, como el arrepentido Francesco Marino Mannoia, quien durante un
juicio celebrado en 1996 explicó el "modus operandi" de la
sustracción.
De acuerdo a su declaración, los
ladrones arrancaron el cuadro de la pared del Oratorio con una cuchilla de
afeitar y, durante la operación, causaron importantes desperfectos en esta joya
del barroco.
Las esperanzas de encontrar la pintura de Caravaggio
resurgieron cuando el miembro de "Cosa Nostra" Giovanni Brusca
intentó, aunque sin éxito, negociar un mejor trato carcelario a cambio de
información sobre su paradero.
El también mafioso Salvatore
Cangemi aseguró durante otro proceso judicial que el lienzo no se ha destruido
y que se expone durante las reuniones de "Cosa Nostra" como
"símbolo de su poder". Fuente: El Informador (12 de diciembre 2015).
Batalla de Anghiari
En 1503, Leonardo recibió el
encargo de pintar un mural de una escena de la histórica batalla en el Palazzo
Vecchio de Florencia.
Se quedó sin terminar y no ha
sido vista desde que la habitación en que estaba parcialmente pintada fue
remodelada por Vasari a mediados del siglo 16.
Algunos historiadores del arte
creen que todavía se encuentra en el Palazzo Vecchio y que Vasari creó una
falsa pared en frente del mural para preservarlo, sobre todo porque en una de
sus pinturas en el Palazzo Vecchio están escritas las palabras: "Busquen y
encontrarán".
"De lo que estoy muy seguro
es que, es solo cuestión de tiempo y también de tratar de averiguar la
logística y resoverla –de cómo quitar el fresco de Vasari, que es un tesoro
nacional, sin destruirlo, antes de llegar al Leonardo", dijo Charney.
Un experto forense en arte y
arquitectura renacentista llamado Maurizio Seracini está tratando de conseguir
el financiamiento para localizar el cuadro detrás del de Vasari. "Sería
sensacional si aparece y le deseo todo el éxito a Maurizio", dijo Kemp,
aunque añadió que si la pintura inacabada ha estado realmente oculta detrás de
una pared durante 500 años, estaría en muy mal estado.
La otra teoría de la Batalla
de Anghiari
Gracias a instrumentos de alta
tecnología que utilizan para atravesar un valioso mural del siglo XVI que se
encuentra en Italia, un grupo de investigadores anunciaron en 2011 que podrían
haber encontrado la primera prueba de que tras el fresco de Giogio Vasari
(1550) en el Palazzo Vecchio de Florencia, se esconde una segunda obra de arte:
un fresco perdido de Leonardo da Vinci.
Con una minúscula cámara han
tomado fotografías de un espacio vacío entre La batalla de Marciano de Giorgio
Vasari y el muro posterior del Palazzo Vecchio de Florencia, actual sede del
ayuntamiento de la ciudad.
Asimismo, han hallado restos de
pigmento negro y laca, que consideran indicios de que el Leonardo perdido
podría haberse salvado de la destrucción.
Por el momento los hallazgos no
son concluyentes (la investigación, además, se ha visto interrumpida por
fuertes protestas), pero constituyen las primeras pruebas que podrían resolver
un misterio de más de cuatro siglos.
Leonardo da Vinci recibió en 1502
el encargo de Piero Soderini de pintar un fresco para celebrar la victoria de
los florentinos sobre Milán en la batalla de las llanuras de Anghiari en 1440.
La obra perdida es La batalla de Anguiari, que podría medir más de 6 metros de
largo y 3 de alto.
Al parecer, Leonardo aprovechó la
oportunidad para emplear una nueva
técnica experimental que terminó siendo un fracaso.
Hacia 1550 le encargaron a Vasari
la reforma del Salón de los Quinientos, llamado así por los 500 miembros que
formaban el Consejo de la República de Florencia, y éste pintó varios murales
de gran altura.
Uno de ellos fue pintado sobre la
obra inacabada de Leonardo, aunque una de las hipótesis señala que Vasari,
admirador de Leonardo, en lugar de destrozar su mural, lo tapió.
El italiano Maurizio Seracini,
director de la investigación y miembro de la National Geographic Society
(propietaria de National Geographic News), lleva 36 años tras la pista de la
obra perdida.
«Desde el primer día de mi
investigación he tenido por objetivo descubrir dónde pudo ser pintada La
batalla de Anghiari, y si sigue en el mismo sitio», afirma Seracini en el
próximo documental de National Geographic Channel llamado Finding the Lost da
Vinci. «Estoy convencido de que está ahí»
El que busca encuentra
Admirados artistas reprodujeron
el fresco perdido de Leonardo da Vinci antes de que se perdiera en el tiempo.
Una de las reproducciones más famosas
se encuentra en el Museo del Louvre, en París.
Estas reproducciones, aunque
maravillosas, no son iguales que el original de Leonardo. Dejan fuera detalles
que se perdieron al reducir el fresco pintado en un mural de gran tamaño a un
lienzo y se cree que, en algunos casos, no se han retratado personajes que
formaban parte de la obra original.
Por ello, investigadores como
Seracini han dedicado todos sus esfuerzos a encontrar pistas que les lleven a
descubrir la obra perdida de Leonardo.
La primera llegó en los años 70,
cuando Seracini, desde un andamio frente al mural de Vasari, descubrió dos
palabras escritas en el estandarte que sujeta uno de los soldados: «cerca
trova», que significa «el que busca encuentra». Seracini lo entendió como la
prueba de que Vasari construyó un falso muro sobre el fresco de Leonardo.
El equipo liderado por Seracini
consiguió el permiso para escanear el Salón de los Quinientos con un radar de
penetración de alta frecuencia. El estudio reveló la existencia de un espacio
vacío detrás de la sección del mural que contiene la inscripción.
Para poder estudiar lo que hay
detrás del fresco de Vasari, el equipo pensaba perforarlo en 14 puntos
estratégicos, haciendo agujeros de un centímetro de ancho. Sin embargo, se
levantó una gran protesta cuando los periodistas publicitaron el proyecto.
«Rápidamente se convirtió en un
asunto político, y eso que solamente estaban haciendo pequeñísimas
perforaciones a unos 9 ó 12 metros sobre el suelo», señala el historiador del
arte Martin Kemp, de la Universidad de Oxford, que no participa en la
investigación.
«En mi opinión, los daños pueden
repararse de forma invisible».
El plan B
A pesar de las protestas, se
concedió al equipo de Seracini una semana para continuar con su trabajo a
finales de 2011, aunque no a través de las 14 perforaciones que esperaban
realizar.
Para evitar dañar partes
originales del fresco de Vasari, los conservadores del museo les permitieron
perforar únicamente en las zonas agrietadas o ya restauradas.
Muchos de estos puntos se
encontraban alrededor del espacio vacío, pero los investigadores dieron con él:
un hueco detrás de 17 centímetros de fresco y ladrillo.
Insertaron entonces una cámara
endoscópica y grabaron lo que parecían restos de trabajo de albañilería y
puntos que parecían haber sido tocados por un pincel.
Sacaron del agujero restos que
analizaron después con rayos X: los resultados señalaron la existencia de
pigmento negro.
Basándose en ese análisis,
Seracini cree que esos pigmentos son similares a los encontrados en partes de
la Gioconda y de San Juan Bautista.
Además de estos pigmentos,
localizaron fragmentos de material rojo que podrían ser laca, cuya presencia es
muy improbable en una pared normal.
Estos componentes propios de las
pinturas del Renacimiento constituyen para Seracini pruebas reveladoras, aunque
se lamenta de no haber hallado más en el tiempo asignado.
«A menos que consiga un trozo y
demuestre que es pintura, no puedo afirmar nada definitivo. Es muy frustrante»,
afirma Seracini en el documental.
¿Un descubrimiento histórico?
Peter Siddons, físico del
Laboratorio Nacional de Brookhaven que ha confirmado famosas obras de arte con
aceleradores de partículas (incluyendo un cuadro de Rembrandt) cree que hay
muchas posibilidades de que haya algo detrás del fresco de Vasari.
«No conocemos muchos detalles por
el momento, pero basándonos en lo que hemos sabido hasta ahora, creo que ahí
hay pintura. Han encontrado trazos de pincel y restos de pintura», señala.
«Aunque lanzarse a decir que es
un Leonardo da Vinci es otra cosa».
«Pero alguien se tomó la molestia
de construir un falso muro. Eso es cuanto menos intrigante».
Kemp considera que los resultados
son interesantes, aunque no concluyentes. Los florentinos del Renacimiento
solían pintar las paredes para decorarlas, por lo que los fragmentos
encontrados podrían provenir de esas decoraciones, y no de un fresco de
Leonardo.
«Ni siquiera sabemos cuál es la
pared sobre la que pintó Leonardo. Las versiones no son nada explícitas en este
sentido», afirma. «Aún así, estoy de acuerdo en que los resultados encontrados
hasta ahora invitan a seguir adelante».
El trabajo de Seracini sigue en
suspenso y podría no reanudarse hasta que se resuelva la cuestión política.
Según Kemp, si la investigación
continúa y el equipo consigue pruebas del mural, estaremos ante un momento
histórico.
«Creo que necesitamos un
desenlace, no podemos dejarlo en el aire», añade.
«Si se confirma, será uno de los
mayores descubrimientos del siglo».
“La batalla de Anghiari” del dibujo de arriba es una copia según Peter Paul Rubens: yeso
negro, pluma y tinta, pintado encima con acuarela. Medidas: 54,2 x 63,7 cm.
Mas información de la obra
(La battaglia di Anghiari) es una
pintura al fresco de Leonardo da Vinci, actualmente perdida, pintada en un muro
del Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia entre 1503 y 1506.
Consta que en su ejecución Leonardo contó con la ayuda de un pintor al que los
documentos llaman «Ferrando Spagnuolo, dipintore», que pudiera ser Fernando
Yáñez de la Almedina o quizá Fernando Llanos. Leonardo abandonó Florencia en
1506, dejando la pintura inacabada. En 1549 aún estaba a la vista, pero
desapareció en 1563 como muy tarde, al encomendarse a Giorgio Vasari la
remodelación decorativa del gran salón. Recientemente algún experto ha afirmado
haber hallado con ayuda de un endoscopio, el antiguo fresco disimulado tras un
muro debajo de los frescos de Vasari.
Se conocen varios de los dibujos
preparatorios elaborados por Leonardo da Vinci, aunque ningunos permite ver la
escena en su conjunto. Los caballeros que ocupaban el centro de la composición,
la llamada Lucha por el estandarte, es la parte mejor conocida gracias a cierto
número de copias antiguas en papel y un grabado de Lorenzo Zacchia el joven, de
1558, que pudo ser utilizado en 1603 por Peter Paul Rubens para un dibujo
conservado en el Museo del Louvre, la más célebre de esas réplicas del fresco
perdido.
Fuentes: National Geographic, Agencia EFE, Análisis del Dr. Giulio Nathan.
“Retrato de un joven” de Raffaello Sanzio da Urbino (acaso
Francesco Maria della Rovere, antaño perteneciente al Museo Czartoryski de Cracovia
y actualmente desaparecido). Esta obra data de 1513-1514.
Según expertos, la obra podría
alcanzar 97 millones de dólares en una subasta.
El óleo del siglo XVI fue
descubierto por fuerzas alemanas en Cracovia en 1939. Luego la Gestapo lo usó
para decorar la residencia de Hitler en Berlín. Estando bajo el resguardo del
oficial nazi Hans Frank, la obra desapareció desde 1945.
“Leda y el cisne” de Leonardo Da Vinci "Copia de la Leda de
Leonardo" Tiza, pluma y tinta s/papel 31x19'2 cms. Realizada por Rafael Sanzio, conocido como
"Rafael" (1483-1520).
Elegir el tema de Leda, obra perdida del genio
renacentista italiano Leonardo da Vinci, de la que sólo se conservan bocetos,
copias ó réplicas, ya era tarea ardua que habían tratado grandes maestros de la
pintura y la escultura, pero el artista asumió el reto con resultados
sorprendentes, pues añadió la originalidad de duplicar la imagen como si de un
espejo se tratara, rodeándolas de símbolos que recordaban al ave objeto de la
leyenda mitológica.
Colección Real, Windsor
(Inglaterra). El tema se refiere al momento en que Leda, esposa del rey
Tindáreo de Esparta, camina junto al río; el dios Zeus, que la contempla desde
el Olimpo, baja del cielo en forma de cisne para poseerla.
“El Políptico de la Adoración del Cordero Místico”, también
conocido como Políptico de Gante o Altar de Gante, es un retablo formado por 12
tablas pintadas al óleo por ambos lados, obra de los hemanos Hubert y Jan Van
Eyck, para el altar mayor de la Catedral de San Bavón de la ciudad de Gante.
Fue encargada a Hubert por el burgomaestre de la ciudad, Jodocus Vijd, guardián
de la Iglesia de San Juan, y su esposa Elisabeth Borluut. Cuando Hubert murió
en 1426 finalizó la obra su hermano, Jan Van Eyck.
El altar de Gante es una de las
obras maestras de la pintura flamenca y significa un gran cambio en la historia de la pintura: supuso el
paso de las formas medievales al moderno Renacimiento nórdico. El panel central
del retablo abierto muestra la representacion de la Eucaristía, el símbolo de
Cristo. Se trata de la representación iconográfica de la cita bíblica de la
Adoración del Cordero [Apocalipsis 7, 9-10]: bajo el Espíritu Santo en forma de
paloma, la sangre mana del pecho del Cordero al Cáliz, para simbolizar el
sacrificio de la muerte de Cristo.
“El beso de judas” Michelangelo Merisi da Caravaggio, El beso de
Judas (o El Prendimiento de Cristo) (1573-1602) 134×172,5 cm.
El 31 de julio de 2008 los
trabajadores del museo ucraniano de Arte occidental y oriental de Odessa
descubrieron el robo de El beso de Judas de Caravaggio. Era la única obra del
genial pintor italiano que se conservaba en un museo ucraniano, y muy pocas
veces se exhibió fuera de la institución. La obra llegó a Ucrania porque fue
comprada en París por un embajador ruso en Francia, que la regaló en 1870 al
gran duque Vladímir Aleksándrovich de Rusia. Una de sus joyas. Una tragedia
nacional, según declaró el director del museo.
El robo se produjo el 30 de
julio, aprovechando que el museo estaba cerrado ese día. Los ladrones
accedieron a través de una ventana directamente a la segunda planta: fueron muy
cuidadosos al retirar los cristales con una cuchilla- por este motivo la alarma
no funcionó, ya que sólo se activaba si se rompían los cristales. Dadas las
dimensiones de la obra, 134×172,5 cm. los ladrones cortaron el lienzo
separándolo del marco. Tras hacer la obra más fácil de transportar, huyeron con
ella por el tejado.
Meses después del robo, en
diciembre de 2008, aparecieron en los medios de comunicación ucranianos,
concretamente en el semanario Zérkalo nedeli, unas informaciones sobre la
supuesta recuperación de la obra. Según la noticia el semanario afirmó que se
había encontrado el Caravaggio: Tatiana Balanovskaya, experta del museo, se
apresuró a desmentir lo publicado, y afirmó que tanto el museo como la policía
habían conocido la noticia a través de la prensa.
En un comunicado de prensa, el
Ministerio del Interior, además de desmentir la recuperación de El beso de
Judas, señaló que se había seguido una pista falsa relacionada con un
coleccionista llamado Nikolái Ponomarenko, colaborador del museo, que desapareció
el mismo día del robo y fue encontrado más tarde asesinado.
Tras dos años de búsqueda, hasta
finales de junio de 2010 no se tienen noticias de la obra: es entonces cuando
la policía alemana la encontró en Berlín. Esta vez la pista no era falsa, y
quien la proporcionó fue el propio director del museo, Vladimir Ostrovski, que
encontró el cuadro en un catálogo de una casa de subastas rusa. La venta debía
cerrarse en Berlín, donde se reunieron los ladrones y los compradores. La
Oficina Federal de Investigación Criminal alemana (la BKA, Bundeskriminalamt) y
los cuerpos de élite (unidad especial GSG 9) de la policia alemana y ucraniana
asaltaron y detuvieron a los 4 ladrones (tres ucranianos y uno ruso) justo
antes de la transacción de la obra. Al parecer, los vendedores y otros 20
detenidos en Ucrania formaban parte de una banda internacional especializada en
el robo de obras de arte. Fuentes: Agencia Reuters, Agencia EFE y www.losgrandesrobosdearte.com
“El concierto” obra de 1664-1665 del pintor neerlandés Johannes
Vermeer con un valor estimado de más de 212 millones de dólares -y una
recompensa ofrecida de más de 5 millones, se considera la obra robada más
valiosa de la historia.
Fue una de las 13 obras
desaparecidas en el mayor robo de arte en Estados Unidos, ocurrido en 1990 en
el Museo Isabella Stewart Gardner, en Boston.
Dos ladrones entraron a la
galería tras disfrazarse de policías y así engañar y posteriormente encerrar en
el subterráneo a los guardias de seguridad. El FBI continúa con la
investigación abierta por el caso.
“Cristo en la tormenta del mar de Galilea” es una obra creada en
1633 por el artista del Siglo de Oro neerlandés Rembrandt van Rijn que se
encontraba en el Museo Isabella Stewart Gardner de Boston, Massachusetts, Estados
Unidos, antes de ser robada el 18 de marzo de 1990. La pintura representa a
Jesús calmando las aguas del Mar de Galilea, tal como descrito en el cuarto
capítulo del Evangelio de Marcos del Nuevo Testamento de la Biblia cristiana.
Se trata de la única escena marítima de Rembrandt. Es generalmente creído, por
la presencia de catorce personajes en la barca, que Rembrandt se pintó a sí
mismo tanto como a los doce apóstoles de Jesús.2 Se ha sugerido que el
tripulante que se encuentra mirando hacia el espectador de la obra es el
autorretrato de Rembrandt.
Rembrandt, Dama y caballero en Negro, 1633. Óleo sobre lienzo, 131,6 x 109 cm. Inscrita en el pie: Rembrandt.ft: 1633. Esta monumental obra, colgada en un lugar prominente en la sala holandesa, era visible a través de sus ventanas con vistas al patio. Rembrandt terminó este lienzo durante su segundo año en Amsterdam en 1632.
El FBI dice que sabe quienes fueron los autores del robo en 1990 del Museo Isabella Steward Gardner en Boston, en el que un equipo de bandidos sustrajo 13 obras de arte en 81 minutos, informa Eyder Peralta en NPR.
Sin embargo, dice el FBI en un parte de prensa, desconoce la ubicación de las obras de arte y ha pedido información al público.
Los rateros entraron al museo vestidos de guardias, amarraron a los empleados, y luego procedieron a realizar el hurto de arte más grande en la historia.
Cortando los lienzos de sus marcos, se llevaron dos pinturas grandes de Rembrandt, junto con obras individuales de Vermeer, Manet y Govaert Flinck; Degas, y tres otros artículos, entre ellos un pequeño grabado de Rembrandt.
Están valoradas entre US$300 y US$500 millones, dice NPR.
“El FBI cree que con un alto grado de confianza en que en los años qui siguieron el robo, el arte fue trasladado a Connecticut y la región de Filadelfia, y algo del arte fue llevado a Filadelfia, donde fue puesto a la venta por los responsables del robo”, dice Richard DesLauriers, el agente especial a cargo de la oficina del FBI en Boston, en un comunicado de prensa. “Con esa misma confianza, hemos identificado a los ladrones, que son miembros de una organización criminal con base en los estados del Atlántico Medio y Nueva Inglaterra”.
Dice NPR que la última vez que el FBI pidió ayuda del público cayó Whitey Bulger.
Los marcos de los cuadros desaparecidos siguen colgados vacíos en el museo, apunta NPR.
Madonna allattante, de Jacopo Tintoretto, una de las obras robadas en Verona.
El robo más grande de pinturas en Italia, ocurrió en el museo de Verona. Un total de 17 cuadros, entre ellos obras de Tintoretto, Rubens, Pisanello y Mantegna por un valor incalculable, fueron robados del Museo Cívico de Castelvecchio, en Verona, en el norte de Italia, informó hoy la directora, Paola Marini.
En declaraciones a los medios, Marini dijo que el robo se realizó la noche del jueves 19 de noviembre de 2015, cuando tres hombres, dos de ellos armados, irrumpieron en el museo, en el centro histórico de Verona, y tras amordazar a una cajera obligaron a un guardia a llevarlos a las salas para apoderarse de las obras.
Ritratto maschile. Cerchia di Jacopo Tintoretto
"Es un daño inmenso", aseguró Marini, que estimó incalculable el valor de los cuadros robados.
El alcalde de Verona, Fabio Tosi, dijo que los ladrones eran "profesionistas" que conocían bien el museo y consideró que se trató de un robo por encargo de alguien que sabía exactamente lo que quería.
"Fueron verdaderos profesionales, actuaron en el único momento en el que podían hacerlo, hacia las 19:30 horas, cuando el museo estaba por cerrar y la alarma no había sido activada", señaló.
Entre los cuadros robados están "Virgen y codorniz", de Pisanello; "San Gerónimo penitente", de Jacopo Bellini; "La Sagrada familia con una santa", de Mantegna; seis obras de Jacopo Tintoretto y una de su hijo Domenico;
Además de "La Dama delle licnidi", de Rubens, dos retratos firmados de Giovanni Francesco Caroto y otros de autores menos conocidos, como Hans de Jode y Giovanni Benini.
Los ladrones dañaron la obra "Conversión de Saúl", de Giulio Licino, que se encontraba cerca de los cuadros de Tintoretto.
La autoridad judicial encargó al Núcleo de Tutela del Patrimonio Artístico del cuerpo de Carabineros las investigaciones sobre los hechos.
"Es el robo más grave en la historia del arte italiano, sobre todo por su número", aseguró el historiador de arte, Tomaso Montanari.
Consideró que se trató de un hurto de "turismo de masa", ya que fueron sustraídas obras de "tarjeta postal".
A continuación, las obras sustraídas
Ritratto di Marco Pasqualigo, de Domenico Tintoretto
Ritratto di ammiraglio veneziano. Bottega di Domenico Tintoretto
Los tres inmovilizaron al agente y acallaron a la empleada con una mordaza. Uno de ellos se quedó controlando a la mujer, mientras los otros dos obligaron al guardia a llevarlos por las salas donde robarían los cuadros, siempre según la reconstrucción de La Repubblica. Para doble colmo, por un lado, los ladrones aprovecharon el coche del agente para alejarse y, por otro, el robo fue realizado justo el día en que el ministro de Cultura, Dario Franceschini, presentaba en una rueda de prensa dos obras de arte recientemente recuperadas por los Carabinieri.
San Girolamo penitente, de Jacopo Bellini
Ritratto di Girolamo Pompei, de Giovanni Bellini
Sacra Famiglia con una santa, de Andrea Mantegna
La 'Virgen de los codornices', de Pisanello
“Eran tres, dos armados, con el rostro cubierto. Hacia las 19.30, poco antes del cierre, en el museo se estaba llevando a cabo el relevo, ya que de día hay al menos 11 trabajadores, pero a esa hora se quedan la taquillera y un agente de vigilancia. El guardia inspecciona las salas para verificar que nadie se haya quedado, entonces vuelve a la entrada y deja marchar a la taquillera. En ese momento se produjo el robo”. La reconstrucción de Roberto Bolis, responsable del gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Verona, a La Repubblica sugiere que se ha tratado de una operación organizada y llevada a cabo por profesionales.
Ritratto di Giovane monaco Benedettino, de Giovanni Francesco Caroto
“Alguien los mandó. Estaban preparados y sabían exactamente a dónde tenían que ir”, ha declarado el alcalde de Verona, Flavio Tosi, que añadió que 11 de las 17 cuadros sustraídos son obras maestras, según el diario The Guardian. Bolis subrayó sin embargo en declaraciones a La Repubblica que a su juicio los ladrones eran sí profesionales pero no expertos de arte. “Se hicieron con obras que estarían en una lista, pero que no eran ni las mayores ni las más preciadas del museo”. Aun así, el responsable de prensa considera que por lo menos cuatro de las piezas son de “grandísimo valor”: la Virgen de los codornices, de Pisanello, San Girolamo penitente, de Jacopo Bellini, la Sagrada Familia con una santa, de Mantegna, y el Retrato de joven con diseño infantil, de Giovanni Francesco Caroto.
Ritratto di Giovane con disegno infantile, de Giovanni Francesco Caroto
Paesaggio, de Hans de Jode
Porto di mare, de Hans de Jode
Banchetto di Baltassar, de Jacopo Tintoretto
Giudizio di Salomone, de Jacopo Tintoretto
Sansone, de Jacopo Tintoretto
Trasporto dell’arca dell’alleanza, de Jacopo Tintoretto
El grito de Edvard Munch
El Grito (Skrik en noruego o The Scream en inglés, de 1893) de Edvard Munch (Løten 1863 – Ekely 1944) es una de las obras robadas en los museos europeos más conocidas del mundo. En realidad El Grito no se trata de una única obra, sino de diferentes versiones realizadas por el pintor expresionista noruego entre 1893 y 1910, dos de ellas en pastel, y que forman parte de la serie conocida como el Friso de la vida (Livsfrisen), junto a otras obras.
La imagen de El Grito se ha convertido en un icono y símbolo de la angustia, y es una de las obras más emblemáticas en la historia de los robos de arte del siglo XX. La versión más conocida se conserva en la Galería Nacional de Noruega (1): también existen otras dos versiones en el Munch Museum, también en Oslo, mientras que la cuarta se encuentra, desde mayo de 2012, en la colección particular del millonario norteamericano Leon Black, que la adquirió en una subasta de Sotheby’s en Nueva York por 91M€, casi 120M$. de los sucesos más sorprendentes de los robos sufridos por las obras de Munch ocurrió diez años después, también en Oslo. El domingo 22 de agosto de 2004, dos hombres vestidos de negro y enmascarados, robaron del Museo Munch otra de las versiones de El Grito (1893) y la Madonna (1894-1895). Lo más increíble es que lo hicieron a plena luz del día, con el museo abierto y las salas llenas de visitantes: a punta de pistola obligaron al público y a los dos guardias de seguridad a tirarse al suelo, descolgaron las obras y se las llevaron, literalmente, bajo el brazo. La policía respondió al ser alertada por la alarma silenciosa al descolgar las obras de la pared, pero ya era demasiado tarde. Los ladrones huyeron rápidamente en un Audi A6 negro que les esperaba. Cuando la policía se personó en el Museo Munch, El Grito y laMadonna ya habían desaparecido.
Madonna de Edvard Munch
Tras el espectacular robo, el Museo Munch invirtió en 2005 más de 100M€ en reforzar convenientemente sus medidas de seguridad, mientras las sospechas se centraron en un grupo armado de ladrones de bancos que ya había actuado en el país en los meses anteriores. Sin embargo, ni la investigación policial ni la recompensa de más de 250.000€ ofrecida por el Ayuntamiento de Oslo consiguieron que las obras volvieran a casa.
Noruega quedó conmocionada de nuevo en abril de 2005 cuando el periódico suecoSvenska Dagbladet afirmó en titulares que las dos pinturas habían sido quemadas por los ladrones para eliminar pruebas. Esta noticia se produjo pocas semanas después de la detención en Málaga del ladrón David Aleksander Toska, por un robo a una central de reparto cometido en abril de 2004. Más tarde, Toska se ofreció incluso a devolver los cuadros si le reducían la pena de 19 años de cárcel a la que había sido condenado.
Pocos días después de cumplirse dos años del robo de las obras, en agosto de 2006, la policía noruega las recuperó en Moss, en la región de Oestfold (Oslo), aunque con algunos pequeños desperfectos, que pudieron restaurarse. Sabemos que la policía negó, además, haber pagado dinero por la recuperación de las pinturas y rechazó comentar cómo las han encontrado (4). La prensa barajó la posibilidad de que Toska, mientras estaba encarcelado, cooperara con los investigadores a cambio de condiciones más favorables en prisión.
Fuentes: La Vanguardia | Cultura, 31/08/2006, www.losgrandesrobosdearte.wordpress.com
Autorretrato de Meyer de Haan (1889-1891)
EL ROBO MILLONARIO DEL KUNSTHAL DE ROTTERDAM (2012)
Pocos imaginaban que el Kunsthal de Rotterdam, museo emblemático dedicado al arte contemporáneo desde 1992 y obra del arquitecto Rem Koolhaas, sería víctima del robo más importante de la última década en Holanda. En octubre de 2012 el Centro de Arte de Rotterdam (conocido como Kunsthal) presentó la exposición Avant-Gardes: The Collection of the Triton Foundation para celebrar el 20º aniversario del museo. Esta colección, propiedad de la familia del industrial holandés Willem Cordia, es una de las 200 más importantes del mundo, e incluye obras de Van Gogh, Picasso, Duchamp o Mondrian, entre otros. La exposición del Kuntshal era la primera vez que esta colección se exhibía al público.
Cabeza de arlequín de Pablo Picasso (1971)
Los ladrones entraron en el museo sobre las tres de la madrugada de la noche del 15 al 16 de octubre, escogieron siete obras de Meyer de Haan, Gauguin, Monet, Matisse, Picasso y Freud; y huyeron en apenas dos minutos. El sistema de seguridad del Kunsthal está totalmente automatizado, y se gestiona desde una central externa, con cámaras controladas por ordenador, de manera que en el momento del robo no había ningún vigilante nocturno en el museo. Las alarmas estaban conectadas a una empresa privada de seguridad, que alertó a la policía, pero cuando llegaron ya era demasiado tarde: los ladrones y las obras ya habían desaparecido. Este es el mayor robo de arte en los Países Bajos desde que en 1991 un total de 20 cuadros fueron sustraídos del museo Van Gogh en Amsterdam.
En un primer momento se creyó que se trataba de un secuestro y que los ladrones pedirían un rescate al museo a cambio de las obras. La dirección del museo afirmó que estaban muy bien documentadas, aspecto que dificultaba mucho su venta. Para solicitar la colaboración ciudadana, la policía difundió unos días después una grabación de una cámara de seguridad del museo, en la que aparecen dos personas que entran y salen del museo llevando las obras en unas bolsas especiales:
(Ver video)
https://www.youtube.com/watch?v=w_88wOtytWU
En enero de 2013 los responsables de la investigación localizaron y detuvieron en Bucarest a tres sospechosos de nacionalidad rumana, entre ellos un joven llamado Radu Dogaru, que resultó ser el jefe de la banda; junto a sus cómplices Eugen Darie, el conductor del vehículo, y Mihai Alexandru Bitu. Al parecer una joven rumana, novia de uno de los sospechosos, escondió las obras en su casa justo después del robo, antes de trasladarlas a Rumanía. Una vez allí, y ya que los ladrones no conseguían vender el botín, la madre de Radu, Olga Dogaru, declaró que enterró los siete cuadros en el jardín de una casa abandonada de Caracliu, su localidad natal, y los trasladó más tarde a un cementerio.
La lectora en blanco y amarillo de Henri Matisse (1919)
Según declaró ella misma en julio de 2013 a la fiscalía rumana, en febrero decidió destruir las pruebas contra su hijo, quemando las obras en una estufa de su propia casa, para protegerlo así de una condena segura. La fiscalía dio credibilidad a su testimonio, mientras que la justicia de Holanda y el Kunsthal de Rotterdam mantenían la esperanza de que hubiera mentido o que sólo hubiera quemado algunas de las obras, pero no todas. Lo que Olga Dogaru no sabía es que algunos pigmentos pictóricos soportan temperaturas muy altas y que quizá aún era posible encontrar pruebas entre las cenizas que ayudaran a identificar las obras.
Paul Gauguin: Mujer frente a una ventana abierta (1898)
Más tarde la madre de Dogaru se retractaría de sus declaraciones; sin embargo las primeras investigaciones del Museo Nacional de Historia de Rumanía, responsable del análisis de las cenizas de la estufa, desvelaron fragmentos de cuadros al óleo que han sido quemados. Ernest Oberländer-Tarnoveanu, director del museo, afirmó que habían descubierto pigmentos especiales para las pinturas, muy caros, que no se han usado desde la segunda mitad del siglo XX, además de unos clavos y grapas de cobre y acero que podrían ser de los bastidores de las obras. Sin embargo, las conclusiones sobre si las cenizas corresponden a las obras robadas no fueron muy concluyentes. Aunque se hallaron restos de estaño, plomo, zinc, y de color azul, amarillo y rojo, el análisis no pudo precisar que pertenezcan a los cuadros desaparecidos.
Monet: El puente de Waterloo (1901)
En el juicio por el robo -calificado, al igual que otros muchos, como el robo del siglo- Ragu Dogaru declaró que cinco de las obras están en manos de su amigo ucraniano Vladimir Vladimirenko, porque dio instrucciones a su madre para que le entregara las obras. Dogaru ofreció devolverlas al museo si, a cambio, el juicio se trasladaba de Rumanía a los Países Bajos. Además, anunció que denunciaría al Kunsthal de Rotterdam porque la vigilancia en el museo era casi inexistente. La puerta estaba cerrada, no bloqueada, prácticamente entramos con unos alicates. (…) Se ha demostrado una clara negligencia respecto a la seguridad del perímetro del museo y, sobre todo, de las obras de arte expuestas. Sus declaraciones respondían a una estrategia de defensa, ya que en el caso que el museo fuera acusado de negligencia, la institución debería asumir de manera solidaria el importe del seguro de las obras. Dogaru pretendía reducir así el importe que él debería pagar si le condenaban por el robo y no devolvía los cuadros.
Monet: El puente de Charing Cross, Londres (1901)
Finalmente los acusados decidieron declararse culpables de los cargos ante la justicia rumana, muy posiblemente para reducir sus condenas, que podían oscilar entre los 7 y los 20 años. Las sentencias dictaminaron 6 años de cárcel para Dogaru, y 5 años y 4 meses para Darie. Por si fuera poco la pena de cárcel, fueron además condenados a pagar 18,1M€ en concepto de compensación al museo por el robo de las obras.
Lucian Freud: Mujer con los ojos cerrados (2002)
Después del juicio, la Interpol detuvo en Manchester a otro miembro del grupo, Adrian Procop, también rumano y que hasta entonces estaba desaparecido.
Fuentes: ABC de España, www.losgrandesrobosdearte.wordpress.com
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