Camisa de once varas
¿Por qué cuando nos complicamos
la vida sin necesidad, solemos decir que nos metemos en camisa de once varas?
Hurgar en el pasado de esta expresión, es remontarse a la España medieval y
descubrir interesantes rasgos culturales ya desaparecidos, de aquel lugar y de
aquellos años.
Antiguamente, los lienzos con que
se manufacturaba la ropa se medían en varas (vara=0.835 mts). Los había de
diferentes longitudes y de los más largos eran los de once varas. Evidencia de
esto la encontramos en un texto de Juan de Alcega que en 1580; escribió Libro
de geometría y traza y en una parte dice:
“Para cortar esta saya de seda,
es necessario doblar la seda a lo ancho, poniendo la mitad de las baras sobre
la otra mitad a pelo y labor; y onze baras se cortará la falda y de la seda que
sobra se cortará la cuera”. (Fuente: Cápsulas de la lengua)
Su origen se sitúa en la Edad
Media, en la ceremonia de adopción de un niño, tomando los problemas que ésta
conlleva por decisión propia. El padre debía meter al niño por la manga de una
camisa grande hecha para la ocasión. Luego lo sacaba por la cabeza o el cuello
de la prenda y el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de la
aceptación de la paternidad. En algunas regiones de Europa la ceremonia
continúa vigente pero con la madre, con objeto de simular el parto.
El dicho además refleja una
exageración en las dimensiones de la camisa, la cual no podía medir once varas,
ya que una vara son treinta y tres pulgadas, lo que equivale a unos ochenta y
cuatro 84 centímetros. Así, la camisa mediría 363 pulgadas o bien 9,24 metros.
Actualmente el significado es
"Meterse una persona en asuntos o problemas que no conoce, que no le
competen o que no reportan ningún beneficio".
Cañiza de once varas
El origen puede rastrearse en las
actividades pastoriles de la zona de Salamanca, donde los pastores, para
resguardar sus rebaños durante la noche, los cercaban en una corraliza
desmontable construida de cañas y telas, llamada "cañiza".
El valor de la vara en España
varía de una región a otra; una vara castellana, tres pies castellanos, son
aproximadamente 84 centímetros. Con una cañiza de once varas castellanas, puede
montarse una corraliza cuasi circular de poco menos de 6 m².
El apiñamiento del ganado lanar
en tan reducida superficie, hace prácticamente imposible poder desplazarse por
la misma, y por ende, dificultoso de salir sin tropiezos.
Fuentes: www.wikipedia
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